Política Exterior y Comercial de Donald Trump: Implicaciones para las Empresas
Dado que Donald Trump ha regresado al Despacho Oval, sus políticas en materia de asuntos exteriores y comercio están bajo escrutinio. Su doctrina de "America first", que marcó las políticas de su primera administración, se centró en el proteccionismo, los acuerdos bilaterales y una aplicación agresiva de las normas comerciales. Si se reinstauraran, estas políticas podrían tener un impacto significativo en el comercio global, especialmente para la Unión Europea (UE), Asia y América Latina. Entre las principales preocupaciones destacan el aumento de aranceles, la revisión de acuerdos comerciales y los desafíos normativos.

¿Hablamos de internacionalización?
Política Comercial y Áreas Clave de Enfoque
Una de las prioridades fundamentales de Trump, sigue siendo abordar las prácticas comerciales desleales de otros países. Su administración impuso altos aranceles bajo la Sección 301 a las importaciones chinas, lo que provocó medidas de represalia por parte del gigante asiático. El Acuerdo de Fase Uno de 2020 ofreció cierto alivio, pero un posible segundo mandato de Trump podría adoptar una postura más agresiva en la aplicación de estas medidas, afectando a los exportadores europeos que dependen de cadenas de suministro chinas. Del mismo modo, las propuestas legislativas sobre Relaciones Comerciales Permanentes con China podrían introducir más restricciones a sus importaciones, generando efectos en cadena para las empresas europeas y asiáticas que operan en ambos mercados.
Además, el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (en inglés USMCA) está programado para revisión antes de su renovación en el 2026. Trump, quien promovió su implementación, podría presionar por condiciones más estrictas, lo que afectaría a las empresas de la UE y América Latina con operaciones en Norteamérica.
Otra área de preocupación es la política de tipos de cambio. La administración Trump anteriormente acusó a socios comerciales, incluida la UE y China, de manipulación monetaria. Un renovado enfoque en los desequilibrios cambiarios podría dar lugar a aranceles específicos u otras contramedidas, afectando las relaciones comerciales con Asia y América Latina.
Aranceles y Medidas Proteccionistas
Las políticas comerciales de Trump se basaron en gran medida en los aranceles para proteger las industrias nacionales. Los aranceles de la Sección 232, sobre el acero y el aluminio, impuestos en 2018 por razones de seguridad nacional, alteraron las cadenas de suministro globales y provocaron represalias por parte de la UE. Una segunda administración de Trump podría extender o ampliar estos aranceles, aumentando los costos para los fabricantes europeos, asiáticos y latinoamericanos. Asimismo, una reevaluación del estatus “libre de aranceles” para ciertos productos podría derivar en aranceles más altos sobre productos farmacéuticos, dispositivos médicos y otros bienes esenciales; incrementando así los costes para los exportadores.
Desafíos para la Industria Automotriz Global
El presidente Trump ha considerado durante mucho tiempo que el sector automotriz estadounidense es vulnerable a la competencia extranjera desleal. Su administración evaluó anteriormente la imposición de aranceles de hasta el 25 % sobre las importaciones de automóviles, alegando preocupaciones de seguridad nacional. Un nuevo intento de imponer dichos aranceles afectaría desproporcionadamente a los fabricantes de la UE, Japón, Corea del Sur y América Latina, incluidos los productores alemanes, franceses, japoneses y mexicanos, lo que aumentaría los costes de los vehículos y reduciría su competitividad en el mercado estadounidense.
Acuerdos Comerciales y Estabilidad Global
Bajo el enfoque de "America First" de Trump, los acuerdos comerciales podrían ser reevaluados o incluso cancelados. La UE, Asia y América Latina, que favorecen acuerdos multilaterales, podrían enfrentar interrupciones en negociaciones en curso. Si Trump se retira de acuerdos clave o se niega a participar en nuevos tratados, podría generarse inestabilidad en el comercio global.
Además, las disparidades regulatorias entre EE. UU. y estas regiones plantean desafíos. El Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera (CBAM) de la UE, las crecientes regulaciones medioambientales en Asia y los pactos comerciales regionales en América Latina requieren que los exportadores extranjeros cumplan con normativas específicas. Mientras tanto, las políticas desreguladoras de Trump podrían ampliar estas diferencias, dificultando que las empresas de estas regiones se alineen simultáneamente con las normativas estadounidenses y las de sus propios mercados.
Riesgo de una Guerra Comercial Global con EE. UU.
Uno de los escenarios más preocupantes es una escalada en las disputas arancelarias. Un aumento de los aranceles estadounidenses sobre bienes industriales de la UE, Asia y América Latina podría provocar represalias, dando lugar a guerras comerciales en múltiples frentes. Estas situaciones generarían incertidumbre, incrementarían los costes y obstaculizarían el crecimiento económico en todas las regiones afectadas.
Recomendaciones para las Empresas
Las compañías involucradas en el comercio con EE. UU. y la UE, Asia y América Latina deberían prepararse para estos posibles cambios mediante:
- Reevaluación de estrategias de cadena de suministro para mitigar riesgos arancelarios.
- Análisis de diferencias regulatorias y aseguramiento del cumplimiento con las normativas en evolución de EE. UU. y las regiones respectivas.
- Diversificación de mercados y consolidación de acuerdos alternativos para reducir la dependencia del comercio con EE. UU.
El regreso de Trump a la Casa Blanca presenta tanto desafíos como oportunidades. Si bien las medidas proteccionistas podrían alterar el comercio, las empresas que anticipen y se adapten a estos cambios podrán encontrar formas de navegar con éxito en este nuevo panorama.
Establecer una presencia en EE. UU. puede proporcionar una ventaja competitiva significativa para cumplir con las políticas de "Made in America". Incorporar un paso final de producción dentro del territorio estadounidense que altere la clasificación TARIC del producto no solo podría evitar aranceles, sino también calificar el producto como de fabricación estadounidense.
Navegar por este proceso puede ser complejo, especialmente al elegir el más adecuado entre los 50 estados que conforman el país. Cada estado tiene su propia normativa fiscal e incentivos financieros, lo que hace esencial evaluar cuidadosamente todas las opciones disponibles. Dado el considerable nivel de inversión requerido para establecer operaciones en EE. UU., maximizar reducciones fiscales y subsidios es crucial.
En este sentido, ieteam, en colaboración con sus socios en Texas, cuenta con una amplia experiencia en el mercado estadounidense, particularmente en la asistencia a empresas europeas, asiáticas y latinoamericanas interesadas en establecerse en el país. Con profesionales con más de una década de experiencia en EE. UU., estamos totalmente preparados para acompañarle en este proceso.